Entrevistas

Carleth Keys: Una venezolana de Nueva York a Madrid y viceversa

La periodista nos cuenta las diferencias que ha visto entre ser inmigrante en Estados Unidos y en España.

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Carleth Keys trabajó con ancla del telediario de NY1 en Nueva York

Briamel González Zambrano

Carleth Keys se fue de Venezuela en 1999. No porque Hugo Chávez tomara el poder ese año, sino por amor. Un novio estadounidense que había conocido por internet y al que había visto en persona pocas veces la flechó de tal manera que apenas terminó la carrera se marchó a Tampa (Florida) y se casaron. Ella abandonó su vida de reportera de la sección de Tecnología en el diario “El Nacional” en Caracas. Muy atrás quedaron sus días acelerados entre la redacción, hacer su curso de inglés en el Centro Venezolano Americano (CVA), ir a sus clases de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello y luego ir en transporte público a su casa en la otra punta de la ciudad.

Su primer trabajo en Florida fue en una fábrica de chorizo, mientras buscaba con ahínco alguna oferta laboral como periodista. La oportunidad le llegó y se alejó del olor a embutido. Para su sorpresa, pasó a estar frente a las cámaras de “Bays News 9 en español”, un canal que ya no existe, pero donde aprendió cómo moverse, leer las noticias, hacer las pausas, sonreír y estar seria frente a un telediario.

.-¿Qué tal el cambio de periodismo impreso a la televisión?

.-“Yo no sabía nada de televisión. Ni era algo que yo quisiera hacer, pero fue el trabajo que conseguí y me cambió la vida. Al principio fue raro, pero tuve grandes maestros que se tomaron el tiempo de sentarse conmigo con mucha paciencia y enseñarme cómo funcionaba todo”, dice Carleth mientras conversamos en un gélido día de enero en su piso de Madrid.

Sus siete años en Florida fueron de mucha integración con el país. En Tampa no tenía latinos en su entorno y en ese época estrechó amistades con personas locales, por lo que trabajó mucho en perfeccionar su acento en inglés. En esa etapa además adquirió la nacionalidad estadounidense, de la que se siente muy orgullosa y agradecida porque cree que la cultura del esfuerzo y el mérito propio se premia en Estados Unidos.

En 2007 su matrimonio terminó y decidió buscar trabajo en Nueva York. Otra vez dejaba todo atrás para recomenzar. Sin contactos, sin amigos ni familia. Fue a una entrevista y a las pocas semanas le dieron el puesto en “NY1 Noticias”.

.-¿Cómo fue ese nuevo comienzo?

.-“Con mucho nervio porque no conocía a nadie, pero con mucha ilusión y ganas. Fue lo mejor que pude hacer. Los primeros días llamé por teléfono al Ayuntamiento para presentarme porque cubriría esa fuente. La persona que me atendió me preguntó de dónde era y le dije que venezolana. Entonces me comentó que había una paisana en la oficina de prensa. Me la presentó y ella ese mismo día me dijo que si quería ir a una fiesta, que me presentaría a mucha gente. Todas las personas que conocí esa noche son mis entrañables amigos de Nueva York.

Es una ciudad de inmigrantes, donde nadie tiene a su círculo familiar cerca. Entonces aprendes rápido que tus amistades se convierten en tu familia. Con ellos pasas los Días de Acción de Gracias, navidades y fechas importantes. Ellos son tus afectos más cercanos”, comenta.

En la Gran Manzana tuvo una etapa de trabajo frenético. Admite que se volvió workaholic. Además “NY1” también se hizo colaboradora de “Yahoo Moda”, que la llevó a alfombras rojas para entrevistas estrellas de Hollywood y grandes diseñadores.

“Yo no paraba. Trabajaba 24/7 sin descanso. Una vez mis amigos me prepararon una fiesta sorpresa por mi cumpleaños y no llegué porque un avión había caído sobre el río Hudson y yo lo estaba retransmitiendo en directo, porque además se veía desde las ventanas del canal. Así era mi vida de reportera. Yo vivía por y para las noticias: Elecciones, visitas del Papa, moda, estrenos de cine. Al final esa ciudad es la capital del mundo y todo pasa allí”.

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Y en Nueva York llegó de nuevo el amor.  Se enamoró de un español que se convirtió en su actual esposo y que en 2014, cuando nació su primer hijo, le hizo una propuesta. “Vinimos a Madrid a que yo pasara la baja de maternidad. Al volver a Nueva York, tendría en el canal un mejor cargo y mejores condiciones que había negociado mi agente antes de mi embarazo, pero nunca volví.  Decidimos quedarnos en España para que el niño estuviera cerca de sus abuelos, que creciera rodeado de familia. Renuncié por teléfono. Dije que me quedaba en España para ser mamá. Lloré mucho. Sentía que era un suicido profesional”, recuerda.

.- ¿Qué cambio sentiste en 2014 al convertirte en inmigrante  en España?

.-“Un cambio de velocidad total. Aquí las cosas ocurren a otro ritmo, mucho más pausado. La vida es más desacelerada. Al principio eso me costó mucho. Yo quería las cosas para ayer y eso no se podía. Es otra sociedad. El madrileño quiere además su tapa, su caña, ir de marcha, pero no te invita a su casa ni te presenta a su familia inmediatamente. Se reserva ese espacio, lo cuida mucho. No como los latinos que en seguida queremos integrar a nuestros amigos a nuestro entorno familiar, que nos parece lo más natural.

Me costó hacerme a Madrid por eso. Mis amigos de aquí al final son un circulo de expatriados también. Gente de Estados Unidos y hasta Japón. Mi suegra es estadounidense. Lleva 50 años viviendo en España y sus amigos son de otras partes del mundo”.

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Carleth en su faceta de corredora

.-¿Entonces sientes que no te integraste del todo a España?

.-“Sí, lo conseguí, pero me tomó un tiempo. Empecé a correr como una forma de entrenamiento y así he conocido mucha gente. Cuando tienes hijos también amplías el círculo, pero es un proceso más lento. Sin embargo, a día de hoy estoy enamorada de Madrid, de España y de toda la cultura.

Me gusta mucho este país. Aunque en la parte laboral no tuve lo que quise, que era trabajar en la tele. En los canales no hay diversidad, de momento. Si ves las noticias en Estados Unidos hay negros, chinos,árabes, indios, latinos. Aquí no funciona así. Te dicen que hay diversidad porque la chica del tiempo es de Canarias, por ejemplo, pero la realidad es que no hay esa cultura.

Si volviera a trabajar en unos años me plantearía hacer algo propio y detrás de las cámaras. He descubierto que hacer documentales, por ejemplo, me gusta mucho. Ahora mismo lo hago como un hobby y me encanta».

.-Has vuelto a Nueva York hace cinco meses porque el trabajo de tu marido lo envió de nuevo para allá. ¿Qué tal el reencuentro con la “Big City”?

.-(Risas) La sigo queriendo. Sin embargo, ahora tengo dos hijos así que no la puedo vivir con la intensidad de antes. Con los niños las prioridades cambian y echo mucho de menos mi vida pausada de Madrid. La gente en Nueva York vive para el trabajo y yo ya no estoy en ese punto. En Nueva York sigo corriendo y es algo que disfruto mucho, además de mi trabajo de madre que es el más exigente que he tenido.

El tema es que en España se aprecia el gusto de la vida. En Estados Unidos se vive para el trabajo. Veo a mis amigos inmersos del todo en sus trabajos, perdiéndose ver a sus niños crecer porque no les da tiempo de nada. No es lo que quiero para mí.

Es curioso, pero con  lo que me costó adaptarme a España, a mi vida tranquila, ahora mi mayor ilusión es volver a Madrid. Supongo que pasaremos unos años aquí y luego ya se verá. La vida está llena de sorpresas”.

Por lo pronto, volverá a Madrid en abril para correr la maratón y disfrutar de la primavera.

Mas información sobre Carleth en https://www.carlethkeys.com/

Instagram: https://www.instagram.com/carlethkeys/

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La familia de Carleth al completo.